Cierra los ojos, porque es la manera más simple de desaparecer, de tomarte un tiempo para simplemente respirar. Como un niño pequeño cuando sopla las velas esperando pedir un deseo, apretando las manos para coger más aire. De la manera más inocente hoy he cerrado los ojos, he apretado muy muy fuerte, sólo por la convicción de que alguna cosa podría cambiar. Que quizás, al hacerlo con más fuerza podría cambiar todo aquello que no me gusta. Pero no, sigo aquí, en el mismo sitio y tan perdida o más que ayer.
Y me siento, inmóvil. Porque tengo la sensación que camino en círculos, que cuanto más quiero que cambien las cosas más estancada estoy. Por una vez quiero el camino fácil, tantas caídas ya dejan herida. Quizás soy demasiado frágil, incluso cobarde pero necesito huir de aquí. Aparecer a un lugar lejano donde encuentre aire para respirar. Porque aquí y ahora, me ahogo.
«No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros». Paulo Coelho